¡Esta vez sí! Contra el verdugo de su verdugo, fue muy distinto. Roger Federer (2º) no desaprovechó la ocasión que le había puesto en bandeja la eliminación de Rafael Nadal en octavos de final y, tras las tres finales consecutivas perdidas ante el mallorquín (quien también le había vencido en las semifinales de 2005), el suizo por fin lo logró contra Robin Soderling (23º), el hombre que puso fin prematuramente al sueño del quinto Roland Garros consecutivo para la “bestia negra” del helvético. Pero, como siempre en el tenis, cuando un sueño se esfuma, da paso a los sueños ajenos…
Seguramente no era ésta la edición a la que Federer llegaba en mejor momento. Sin embargo, sí que era su momento. Así, todas las dificultades que tuvo para imponerse en segunda ronda (cuatro sets contra José Acasuso), en octavos (tras ir 2 sets abajo frente a Tommy Haas y con un break-point en contra para el 5-3) y en semifinales (después de ir perdiendo 2 sets a 1 contra un gran Juan Martín del Potro) quedaron borradas de un plumazo a la hora de la verdad. El nº 2 mundial no dio opción en ningún momento a Soderling y, en menos de 2 horas, conquistó su primera Copa de los Mosqueteros (el único Grand Slam que se le resistía) por 6-1, 7-6 (7-1) y 6-4.
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