La selección brasileña se coronó bicampeona de la Copa FIFA Confederaciones este domingo 28 de junio al imponerse 3-2 a Estados Unidos en Johannesburgo. Los sudamericanos, campeones también en 2005, remontaron un marcador adverso de dos goles y terminaron celebrando en una final épica con goles de Luis Fabiano (2) y su capitán, Lucio.
El sueño americano sólo duró 45 minutos, en gran medida gracias a su asombrosa efectividad en ataque. Por el contrario, los brasileños desperdiciaron numerosas opciones de gol ante un inspirado Tim Howard.
La apertura del marcador se produjo en el inicio del juego, luego de un centro de Jonathan Spector que fue brillantemente empalmado por Clint Dempsey. El balón, impulsado por su pierna derecha, superó la estirada de Julio César para desatar la primera explosión de alegría en el Ellis Park (1-0; 10').
Con la ventaja, el equipo de Bob Bradley se retrasó en el campo y apostó al contragolpe. Y si tuvo éxito, fue en gran medida por la inspirada tarea de Howard, quien se lució en reiteradas oportunidades para evitar el empate: primero ante un remate envenenado de Robinho, luego ante un disparo potente de Felipe Melo y, por último, ante un derechazo cerrado de Maicon.
Parecía que llegaba la igualdad, pero golpearon los estadounidenses. En una devolución de gentilezas del primer partido en la fase de grupos, los de las Barras y las Estrellas ensayaron una contra fulminante manejada magistralmente por Charlie Davis y definida de igual manera por Landon Donovan. El máximo anotador en la historia del seleccionado enganchó con frialdad y superó a Julio César con un zurdazo cruzado (2-0; 27').
La primera parte se fue con los brasileños buscando el descuento en forma desesperada, algo que pudo suceder de no ser por la falta de puntería de Robinho y Luis Fabiano en los minutos finales.
El gol que merecía Brasil tardó apenas segundos en llegar. Luis Fabiano, ganador de la Bota de Oro de Adidas, dominó dentro del área y sacó una espectacular media vuelta que se clavó abajo contra el palo izquierdo de Howard (2-1; 46'). La Seleção volvía a creer y quería más...
Howard tuvo que volver a mostrar sus reflejos ante una aparición ofensiva de Lucio, y luego exhibió otra respuesta poco ortodoxa para repeler un cabezazo de Kaká. Maicon, André Santos y Daniel Alves después comenzaron a desbordar por las bandas y el equipo de Bradley se vio sobrepasado en defensa.
El empate estaba al caer. Lucio habilitó a Luis Fabiano como si fuera un exquisito armador, pero el delantero perdió en el mano a mano con Howard. En la jugada siguiente, el Fabuloso no perdonó: Robinho cabeceó al travesaño tras un centro de Kaká y el goleador, en el rebote, concretó de cabeza (2-2; 74').
Si la gesta ya era meritoria, ¿qué decir lo que ocurrió a seis minutos del cierre? Elano, ingresado en el complemento, levantó un tiro de esquina desde la derecha que fue a parar directo a la cabeza de Lucio. El capitán se lució como en sus mejores noches y aplicó un cabezazo que impactó en el poste y fue a parar al fondo de la red (2-3; 84'). ¡La locura sudamericana era completa!
Con el 3-2 consumado, el equipo de Dunga hizo lo que mejor sabe: cuidar el balón en mitad de cancha. Los pupilos de Bradley, por su parte, padecieron el desgaste evidenciado en la primera mitad. Ya no se movería el marcador...
Brasil celebró su segunda Copa FIFA Confederaciones consecutiva ante un valiente equipo norteamericano. El año próximo, por el contrario, buscará romper con el maleficio: ser el primer ganador del Festival de Campeones que repite en la máxima cita mundialista.
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