El súperhombre jamaicano volvió a batir su propio récord del mundo, esta vez en los 200. Bolt, sobrado, se colgó el oro con una estratosférica marca de 19.19, rebajando en 11 centésimas la marca de Pekín. El jamaicano volvió a destrozar los límites de la historia en el Olímpico de Berlín, cuna legendaria del atletismo mundial.
Cuatro días después de superar los límites del ser humano en el hectómetro, Usain volvió a ganar su carrera contra la historia. El 'Relámpago' corrió en solitario 200 metros que pasarán a la leyenda del atletismo mundial. Voló Bolt por la pista berlinesa y, de nuevo, salió victorioso en su duelo personal contra la historia.
El súperhombre de Jamaica no sólo se subió a lo más alto del podio mundial, Bolt volvió a colocarse en la cima del mundo, en el cielo, por encima de las leyes físicas. Otros siete atletas compitieron en otra carrera paralela. En ella, el ganador fue el panameño Alonso Edward, plata, con un registro de 19.81. Wallace Spearmon fue bronce.
Bolt corre por naturaleza. Nada le altera, más bien todo lo contrario. Nadie se siente tan cómodo siendo el centro del mundo. Este 20 de agosto de 2009 para el recuerdo no fue diferente. Disfrutó de los prolegómenos de la carrera y reaccionó desde los tacos como un guepardo en busca de su presa. Bolt ya sabía que iba a volver a superarse.
Su tremenda reacción en la salida fue el inicio de unos 200 metros sobrehumanos. El jamaicano ya sabía que corría sin rivales. Sus últimos 100 metros fueron prodigiosos, por delante de la barrera del tiempo. Bolt cruzó la línea de meta como un meteorito, un relámpago que destrozó el límite marcado hace un año en Pekín. No era un pájaro, no era un avión, era Usain Bolt.
Cuatro días después de superar los límites del ser humano en el hectómetro, Usain volvió a ganar su carrera contra la historia. El 'Relámpago' corrió en solitario 200 metros que pasarán a la leyenda del atletismo mundial. Voló Bolt por la pista berlinesa y, de nuevo, salió victorioso en su duelo personal contra la historia.
El súperhombre de Jamaica no sólo se subió a lo más alto del podio mundial, Bolt volvió a colocarse en la cima del mundo, en el cielo, por encima de las leyes físicas. Otros siete atletas compitieron en otra carrera paralela. En ella, el ganador fue el panameño Alonso Edward, plata, con un registro de 19.81. Wallace Spearmon fue bronce.
Bolt corre por naturaleza. Nada le altera, más bien todo lo contrario. Nadie se siente tan cómodo siendo el centro del mundo. Este 20 de agosto de 2009 para el recuerdo no fue diferente. Disfrutó de los prolegómenos de la carrera y reaccionó desde los tacos como un guepardo en busca de su presa. Bolt ya sabía que iba a volver a superarse.
Su tremenda reacción en la salida fue el inicio de unos 200 metros sobrehumanos. El jamaicano ya sabía que corría sin rivales. Sus últimos 100 metros fueron prodigiosos, por delante de la barrera del tiempo. Bolt cruzó la línea de meta como un meteorito, un relámpago que destrozó el límite marcado hace un año en Pekín. No era un pájaro, no era un avión, era Usain Bolt.
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