Una Venezuela ordenada, concentrada hasta el final y segura en defensa le sacó un histórico empate a Brasil 0-0 en Campo Grande, en el último partido de las eliminatorias sudamericanas que quedará enmarcada para la vinotinto al ser la que más puntos ha sumado con 22, a sólo 2 del repechaje.
Los canarinhos se fueron con todo al ataque desde el primer minuto pero se encontraron con un muro vinotinto que se mantuvo firme hasta el final y no se desmoronó en ningún momento, además de agradecer en dos ocasiones al palo donde se estrellaron dos balones, un cabezazo de Gilberto Silva y un trallazo de Kaká.
Kaká era el cerebro del equipo, lo buscó por todos lados, también tuvo las suyas pero cayó en la desesperación al tener una marca pegajosa y ya las ideas no fluyeron con naturalidad.
Venezuela de su lado esperaba atrás, tranquila, ordenada y salía con toques precisos, para tratar de desahogar y armarse nuevamente, arriba las peleaban Giancarlo Maldonado y Alejandro Moreno, luego fue Alexander Rondón y Nicolás Fedor, quienes complicaron a los defensas cariocas, aunque al final terminaban sacando con facilidad.
Para el segundo tiempo el libreto no cambió, Brasil lanzada al ataque con Kaká como el encargado de distribuir, lo hacía por la derecha, izquierda, el centro, aéreo o rastrero, pero el resultado era el mismo, una defensa venezolana bien ordenada que lo sacó todo.
A los 53 fue el primer poste salvador con un soberbio cabezazo de Gilberto Silva que pegó en la base del palo y salió. A los 55 Brasil se quedó con 10 tras una roja directa al defensor Miranda por un codazo a Giancarlo Maldonado. De esa falta se originó un tiro libre que pudo tener una mejor suerte para la vinotinto.
Juan Arango sería el encargado de cobrarlo y exigió al máximo a Julio César que le metió las manos para despejar. Farías refrescó sus líneas, sacó a un exhausto Tomás Rincón por Luis Manuel Seijas que se vio bien, luego Alejandro Moreno por Rondón y por último Arango por Nicolás Fedor y así evitar que todos los brasileños se fueran al ataque.
Los canarinhos se fueron con todo al ataque desde el primer minuto pero se encontraron con un muro vinotinto que se mantuvo firme hasta el final y no se desmoronó en ningún momento, además de agradecer en dos ocasiones al palo donde se estrellaron dos balones, un cabezazo de Gilberto Silva y un trallazo de Kaká.
Kaká era el cerebro del equipo, lo buscó por todos lados, también tuvo las suyas pero cayó en la desesperación al tener una marca pegajosa y ya las ideas no fluyeron con naturalidad.
Venezuela de su lado esperaba atrás, tranquila, ordenada y salía con toques precisos, para tratar de desahogar y armarse nuevamente, arriba las peleaban Giancarlo Maldonado y Alejandro Moreno, luego fue Alexander Rondón y Nicolás Fedor, quienes complicaron a los defensas cariocas, aunque al final terminaban sacando con facilidad.
Para el segundo tiempo el libreto no cambió, Brasil lanzada al ataque con Kaká como el encargado de distribuir, lo hacía por la derecha, izquierda, el centro, aéreo o rastrero, pero el resultado era el mismo, una defensa venezolana bien ordenada que lo sacó todo.
A los 53 fue el primer poste salvador con un soberbio cabezazo de Gilberto Silva que pegó en la base del palo y salió. A los 55 Brasil se quedó con 10 tras una roja directa al defensor Miranda por un codazo a Giancarlo Maldonado. De esa falta se originó un tiro libre que pudo tener una mejor suerte para la vinotinto.
Juan Arango sería el encargado de cobrarlo y exigió al máximo a Julio César que le metió las manos para despejar. Farías refrescó sus líneas, sacó a un exhausto Tomás Rincón por Luis Manuel Seijas que se vio bien, luego Alejandro Moreno por Rondón y por último Arango por Nicolás Fedor y así evitar que todos los brasileños se fueran al ataque.
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