Hoy, por fin, David Villa (28 años) pisará Barcelona como nuevo jugador del Barça. Es la culminación de un viejo sueño del delantero asturiano y de una aspiración del club azulgrana que data de hace al menos dos temporadas. El 'Guaje' llegará a la Ciudad Condal procedente de Valencia, donde se encontraba ayer.
La idea es que lo haga a primera hora de la tarde. Hará el trayecto en automóvil y, tras pasar por el hotel Princesa Sofía, la intención es que a media tarde pase ya por las instalaciones del FC Barcelona para hacerse esa foto ya tan habitual como espectacular en la que aparece al lado de un gran escudo del club. Esa será la primera gran imagen de Villa como culé. Después, probablemente, cenará con la plana mayor de la directiva azulgrana en la que será una previa de su gran día en azulgrana: mañana viernes.
Y es que mañana, el asturiano vivirá un baño de masas en el Camp Nou. Primero, a las diez y media, pasará el preceptivo reconocimiento médico. Después, firmará su nuevo contrato y será presentado oficialmente. Y ya, por último, saltará al Camp Nou vestido de azulgrana para que la afición le ovacione. El asturiano ha solicitado al club que se abran las puertas del Estadi al púbico, como ya se hizo con Ronaldinho, Henry e Ibrahimovic.
Fue ayer cuando se oficializó el fichaje de Villa por el Barça por 40 millones de euros, según asegura el club azulgrana. Firmará cuatro años con otra campaña opcional y pasará a cobrar como Xavi e Iniesta. Ayer, una vez se convirtió en culé a todos los efectos, Villa se recluyó en su piso de Valencia junto a su esposa, sus hijas -ayer ni siquiera llevó a la mayor al colegio para estar juntos todo el día-, sus padres y sus suegros. Un piso, por cierto, que está a cien metros del nuevo Mestalla, cuya construcción está parada por falta de liquidez del Valencia. En breve quizás volverán a trabajar los operarios.
Villa pasó todo el día en casa, donde fueron a visitarle muchos compañeros de equipo, e incluso vio la final de Copa con varios de ellos. También fue a felicitarle su vecino Cañizares. Su padre, Mel, sí bajó a la calle para tomar un café, pero sin demasiadas ganas de conversación. Villa, cuyo domicilio estuvo rodeado de periodistas durante todo el día, le explicó a un amigo vía twitter, y con mucha gracia, que se sentía "como la Pantoja, rodeado de tanta prensa"
La idea es que lo haga a primera hora de la tarde. Hará el trayecto en automóvil y, tras pasar por el hotel Princesa Sofía, la intención es que a media tarde pase ya por las instalaciones del FC Barcelona para hacerse esa foto ya tan habitual como espectacular en la que aparece al lado de un gran escudo del club. Esa será la primera gran imagen de Villa como culé. Después, probablemente, cenará con la plana mayor de la directiva azulgrana en la que será una previa de su gran día en azulgrana: mañana viernes.
Y es que mañana, el asturiano vivirá un baño de masas en el Camp Nou. Primero, a las diez y media, pasará el preceptivo reconocimiento médico. Después, firmará su nuevo contrato y será presentado oficialmente. Y ya, por último, saltará al Camp Nou vestido de azulgrana para que la afición le ovacione. El asturiano ha solicitado al club que se abran las puertas del Estadi al púbico, como ya se hizo con Ronaldinho, Henry e Ibrahimovic.
Fue ayer cuando se oficializó el fichaje de Villa por el Barça por 40 millones de euros, según asegura el club azulgrana. Firmará cuatro años con otra campaña opcional y pasará a cobrar como Xavi e Iniesta. Ayer, una vez se convirtió en culé a todos los efectos, Villa se recluyó en su piso de Valencia junto a su esposa, sus hijas -ayer ni siquiera llevó a la mayor al colegio para estar juntos todo el día-, sus padres y sus suegros. Un piso, por cierto, que está a cien metros del nuevo Mestalla, cuya construcción está parada por falta de liquidez del Valencia. En breve quizás volverán a trabajar los operarios.
Villa pasó todo el día en casa, donde fueron a visitarle muchos compañeros de equipo, e incluso vio la final de Copa con varios de ellos. También fue a felicitarle su vecino Cañizares. Su padre, Mel, sí bajó a la calle para tomar un café, pero sin demasiadas ganas de conversación. Villa, cuyo domicilio estuvo rodeado de periodistas durante todo el día, le explicó a un amigo vía twitter, y con mucha gracia, que se sentía "como la Pantoja, rodeado de tanta prensa"
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